“Tomen y coman, esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se las entregó, diciendo. Beban todos de ella, porque este es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados. Les aseguro que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de mi Padre” Mt. 26, 26-30